Dos hombres se sientan en un barril de whisky viejo con un tablero de ajedrez. Uno se rasca la cabeza, tratando de decidir su próximo movimiento, mientras el otro espera. Un hombre fuma en pipa y otro observa el juego, con las manos en los bolsillos. Un viejo sabueso se deja caer para descansar, con la lengua fuera.