Desde tiempos remotos el hombre utilizó el viento para conseguir energía. En lo que coinciden todas las referencias sobre los molinos de viento es que las primeras edificaciones de este tipo en Europa son de los siglos X-XI. Los mejores ejemplos de molinos españoles, restaurados tal vez, se encuentran en Campo de Criptana, al nordeste de Ciudad Real y en la localidad toledana de Consuegra; todos ellos en la comunidad de Castilla la Mancha, conocida popularmente por las rutas de Don Quijote, personaje de la literatura española íntimamente ligado a la región y sus molinos.

Peso 1.300 kg
Dimensiones 32 × 6 × 27 cm

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